Sin perder tiempo me pongo en modo rececho, tengo el aire bastante bien , cojo las cámaras y el arco y dejo la mochila, así que mientras el animal sigue comiendo tranquilo a mas de 150 m, me arrastro por el verde prado hasta llegar a la bordura del  lado  opuesta del la parcela, allí me incorporo me sacudo lo hierbajos, coloco una flecha , no puedo ver el corzo pero confió que no se habrá movido, avanzo pegado a la bordura hasta poder llegar a una esquina donde tendré vista del lugar que esta pastando el pequeño cérvido, allí sigue, se ha rebajado unos metros pero sigue tranquilo, después del fallo con el anterior que me esquivo la flecha no  me quiero precipitar y fastidiarla con este, mido 67 metros, es una distancia que tengo muy entrenada y me encuentro muy seguro para tirarle, pero como está tranquilo prefiero ganarle todos los metros que pueda y asegurarme el lance. Pegado a la bordura muy despacio voy ganándole metros , cada tres pasos levanto la mirada para comprobar que no se a movido, de repente levanta la cabeza, se me queda mirando fijamente, me quedo helado , bajo la mirada para que no pueda ver la única zona de mi rostro sin camuflar, agrupo mi cuerpo en un intento de hacerme pequeño y pasar desapercibido , lo tendré a unos  55 metros, con el aire de cara solo me queda confiar en mi camuflaje para que no me descubra, los segundos van pasando, el corzo no deja de mirarme, intento de serenarme, respirar todo lo despacio que puedo para evitar cualquier movimiento, de pronto  como si nada el animal baja la cabeza y se pone a pastar de nuevo dándome la espalda , buuffff gracias camo Onca una vez más has hecho tu trabajo,  perfecto, pienso retomando mi lento avance. Hay una piqueta de madera en una pequeña depresión a escasos 40 metros, esa será mi meta desde allí lo tendré a poco más de 30 metros y podre cubrirme para abrir y poder tirarle, sigo paso a paso pisando con mucho cuidado  el seco suelo, los escarpines, que no los había utilizado hasta la fecha me están facilitando mucho las cosas, en ese momento  me acuerdo de Rafa cuando en Teruel cazando monteses me decía : yo jamás  salgo al monte sin mis escarpines, me funcionan de maravilla!! Qué razón tenía.

En pocos metros llegare a la piqueta, el animal sigue tranquilo, mordisqueando los brotes de hierba, uno poco  mas, un poquito más y ya llego a mi referencia, a metro y medio de la piqueta el corzo levanta de nuevo la cabeza pero esta vez en sentido opuesto a mi posición, y se pone a ladrara, y ahora que???otro corzo pienso?  Intento averiguar qué es lo que está poniendo en alerta a mi corzo, mientras este pega dos brincos  y se planta en medio del prado, echando al traste en dos segundos, todos los metros que tanto me costó recorrer, cuando por el rabillo del ojo veo aparecer un enorme gato blanco y negro cazando pequeños roedores, el corzo a paso ligero y ladrando se adentra en el monte cerrada que tengo  a mi derecha, montado una buena escandalera. No me lo puedo creer!!!! El lindo gatito me acaba de fastidiar todo el rececho a este peculiar macho, son las 9:50, con la tarde dando paso a lo noche y la serenata  que a montado en su huida,  poco mas tengo que hacer por aquí,  así que con resignación y algo de frustración voy en busca de la mochila y al lugar donde me recogerá  Cesar el compañero con el que cada año bajamos tras los duendes franceses.

Casi sin luz llego al punto donde inicie el rececho y deje la mochila, la recojo y en  ella guardo las cámaras, me saco la mascara y guardo la flecha en el carcaj , me cuelgo el arco en el hombro y cabizbajo voy al punto donde quede con mi compañero para que me recogiera, pensando en su cara cuando le diga que un gato me hizo escapar el corzo, ja ja ja ja!! apunto estaba de salir del campo, cuando guiado por ese instinto, por esa naturaleza que tenemos los cazadores hecho un ultimo vistazo al cazadero, y como una aparición, en medio del campo un corzo, no puede ser !! lo miro bien con los prismáticos y es mi corzo el «tete bizar» allí esta plantado, en un campo contiguo al mio que esta recién cortado, suelto la mochila, pongo una flecha compruebo el aire, que no es muy favorable y amparado por la oscuridad le gano metros a un paso muy ligero, casi a la desesperada, el animal esta medio cubierto por una bala de hierba, me planto a 48 metros de la bala, mido al corzo medio cubierto 52 metros , me aseguro de nuevo que sea el mismo corzo, las dos varas blancas lo delatan, apenas tengo luz para ver bien la referencia  en mi visor, la corrijo , enciendo la luz del pin , abro el arco intento de colima, espero que asome y aunque ya es de noche la silueta del anima destaca en el amarillento campo, le pongo el punto un poco bajo, pero dentro de la caja y le suelto la flecha, FOOBBB, CRAHS!!! al impacto el animal cae fulminado en el sitio!! Me arrodillo en el suelo, e intento asimilar todo lo sucedido en escasos segundos, en ello estaba cuando las luces de mi pick up, alumbran todo el campo, es Cesar que viene a mi encuentro. Me levanto y me acerco a al 4×4:  que? como a ido? me pregunta, -si llegas un minuto antes no le tiro!!! no fastidies?? si,si le acabo de tirar, lo e dejado en el sitio !!Congrats!!! entre felicitaciones saco a Floc, le pongo al traílla  y mientras nos acercamos al animal le voy  explicando lo acontecido.

Al llegar al lugar del lance el perro muerde con ganas al corzo, que como bien sabia pose un trofeo peculiar, único, la flecha le impacto un poco alta partiendo le ambas escapulas y la base de la columna, fotos y mas fotos , le ponemos el precinto, cargo el corzo en la pick up y de camino a España.

Lances como estos son los que hacen que el veneno de la caza siga corriendo por mis venas, la incertidumbre, la sorpresa, el no saber nunca ni como, ni cuando vas a tener tu oportunidad con ese animal que ya dabas por perdido, pero que al final te da la oportunidad de jugarle un lance, esta es la magia de la caza.