El día llegaba a su fin y con el se empezaban a disipar las opciones de poder dar con alguno de suidos que teníamos controlados, una pira bastante numerosa donde algún ejemplar no criaba, las hozadas en la ladera de enfrente daban fe de que la zona estaba muy tomada, decidimos separarnos y así controlar más terreno, antes de que nos quedemos sin luz y así aprovechar el poco tiempo que nos queda.

Me coloco en una roca a modo de atalaya con vistas a un claro con algunos pinos y rocas, lugar el cual algunas veces los habíamos visto huir cuando barruntaban algo, mientras mi padre se quedara delante la ladera que los animales tenían tan tomada, preparo el bipode y meto un cargador en el arma, prismáticos en mano voy oteando el terreno, disfruto del atardecer en todo su esplendor, con esa luz tan mágica que va menguando por momentos, un par de ciervas salen al claro a pastar y aunque tenemos precintos para abatirlas, no las quiero tirar con el rifle, así se lo hago saber a mi padre por la emisora, me deleito con su tranquila presencia, absorto estaba con las pepas cuando un agudo gruñido en la lejanía rompe con el silencio del crepuscular instante, eso a sido un jabalí? me pregunto a mi mismo, intentando de ubicar el lugar del cual procede, busco y busco pero no soy capaz de dar con los animales, pasan los minutos, el silencio sigue reinando el la zona, sigo buscando, quizás a sido un zorro, pienso, al bajar los prismáticos de la cara otro gruñido vuelve a romper el silencio, este si inconfundible delata de la presencia de la piara por la zona pero no se donde, tengo que dar con ellos antes de quedarme sin luz, sigo buscando y buscando hasta que por fin los veo hozando pegados al bosque, mido la distancia 580 metros, con buena luz quizás arriesgaría a tirarles desde aquí, pero sin tener claro cual es el animal a abatir y con el aire de cara, decido recortarles distancia.

Le comunico al jefe que e visto a los jabalís y donde, que me voy a mover del lugar para hacerles una entrada, que este atento por si se me escaparan, me responde con un:  OK, suerte hijo!

Empiezo a restar metros a la piara hasta colocarme a 150 metros de ellos, allí intentare de valorarlos mejor y fijar mi objetivo, los animales van comiendo y moviéndose constantemente, hay tres muy oscuras dos de un gran porte, seguidas por su prole 8 o 10 bermejos que van comiendo los bulbos y raíces que levantan las matriarcas al hozar, esa las desestimo, los animales siguen desplazándose poco a poco, mientras yo hago lo mismo, ahora puedo ver otra parte del grupo formado por cinco jabalís de unos 40 kg imagino que la cría del año anterior, uno de ellos me valdría pero se que en ese grupo faltan mas ejemplares, así que los voy siguiendo intentando de dar con ellos. El constante movimiento de los animales entre las sombras de los pinos y la poco luz que va quedando no ayudan con la tarea, pero prefiero asegurarme antes de apretar el gatillo, llevo mas de 30 minutos siguiéndoles a menos de 80 metros y llegado a ese punto tengo que espabilarme para  encontrar uno de los jabalíes que no crían, puesto que en cualquier momento  un leve cambio de aire o un ramita rota bajo mi pie puede dar al traste con el rececho. Entre las sombras veo tres ejemplares mas de un color mas cenizo, uno de ellos incluso ya casi sin luz destaca por su claro pelaje, son de un porte medio entre 60-70 kg, creo que esos son los que no llevan cría, los tengo a 60 metros escasos incluso puedo puedo oír como mascan y resoplan la tierra al hozar, no pierdo de vista al mas blanco, lentamente cerrojo el arma, intentando de hacer el menor ruido posible, bajo aumentos al visor a esa distancia con 5A  me valdrá, pongo la torreta en la referencia de 100m, enciendo el punto rojo de mi retícula y  meto al animal  en el  visor, que bien lo veo, pienso mientra que de pie y sin apoyo ninguno lo voy siguiendo con  la cruz en el codillo, el animal se acerca a una par de bermejos, los aparta de un contundente golpe de jeta, emitiendo un seco gruñido el mismo que escuche en la lejanía antes de empezar el rececho, ahora si tengo claro cual es mi objetivo, acompaño su caminar,  espero que se cruce, un poco mas, solo un poco mas, me aseguro de que haya ningún otro animal detrás y aprieto el gatillo.

Tras el fogonazo se produce la estampida de la piara, la detonación y el retroceso del arma no me dejan ver el impacto en el animal, pero un fuerte gruñido me confirman que lo e alcanzado, cerrojo de nuevo y con el lente busco el lugar donde estaba el jabalí , que yace en el suelo pataleando, mientras entre bufidos y gruñido la piara se va alejando del lugar. Me acerco al jabalí, allí confirmo que e escogido bien pues se trata de una cerda que este año no tenia cría, llamo a mi padre por la emisora para que me ayude a bajar el animal, ya de noche cerrada llega al lugar, un abrazo acompañado de un enhorabuena hijo!!  y mientras empezamos a arrastras el animal hacia el coche le vamos comentando el lance y como este tipo de modalidad poco practicada para esta especie nos hace vivir momentos únicos e irrepetibles.